A veces, a la hora de las comidas los padres se desesperan y se sienten impotentes, cuando sus hijos no quieren sentarse en la mesa, o cuando al ponerles la comida dicen frases como: “esto no me gusta”, “esto no lo quiero”, “yo quiero esto otro”…Sobre todo si se acompañan de enfados y “pataletas”. Pero no hay que olvidar que la adquisición de buenos hábitos y el conseguir que tomen una dieta equilibrada es cuestión de tiempo y mucha paciencia.

La causa de una negación frente a la comida puede indicar una enfermedad de base o ser un problema conductual. Cuando se debe a una enfermedad, el rechazo es frente a toda clase de comida; mientras que si la causa es ambiental o conductual, el rechazo alimentario es selectivo. También hay que conocer la situación de niños sanos y buenos comedores que, tras una infección gastrointestinal o respiratoria, pierden el  apetito. Es una fase transitoria y debe respetarse para no confundir al niño.

Los padres pueden utilizar diferentes estrategias para que la hora de la comida sea un momento agradable y relajado:

Actitudes a evitar

En resumen, los padres son los encargados de que los alimentos sean variados y nutritivos, pero la cantidad siempre la deciden los niños. Esta actitud ayudará a prevenir la obesidad, además de conseguir que toda la familia disfrute con las comidas.

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