El proyecto se establece como una actividad en la que se anima a los niños a usar sus sentidos para estar en contacto con la naturaleza. El huerto permite a nuestros niños observar, describir, especular, construir relaciones a través de la experiencia directa. El huerto se convierte en un aula al aire libre. Hacer un huerto nos lleva a formar parte del ciclo eterno de las estaciones. Es un aprendizaje activo; significa aprender a distinguir los colores, los sabores, los olores de la tierra y sus frutos.